San Pancho / San Francisco
La historia de San Pancho, como cariñosamente llaman a este pueblo, se cuenta en los muros de una finca cercana a las playas de Nayarit. Imágenes pintadas en acrílico y protagonizadas por coloridos personajes cuentan el paisaje de este destino, considerado como la “Capital Cultural” del estado de Nayarit gracias a las diversas iniciativas de fomento a la cultura y la educación. Los primeros habitantes de esta zona, donde nace la Sierra Madre del Sur, fueron indígenas que pertenecían al grupo Tatuan de Nayares. En 1524 Don Francisco Cortés de Buenaventura nombra la zona como Azapan y los españoles bautizan al pueblo con el nombre de San Francisco de Azapan. Este posteriormente sería parte de la Hacienda de Jaltemba, donde se producía aceite de coco. En 1936 se formó el ejido Sayulita, al que pertenece San Pancho y que, de cierta manera, marcó el espíritu comunitario que caracteriza a este destino. Y es precisamente gracias a la acción social de los habitantes, su trabajo conjunto en proyectos educativos, cuidado del medio ambiente y promoción del arte, que San Pancho ha tenido un crecimiento y desarrollo positivo.
Cosas que hacer en San Pancho
Mención especial merece la La Patrona Polo Club emblema de San Pancho, sitio donde los aficionados a este deporte pueden participar, recibir clases privadas y participar en torneos nacionales e internacionales; y para quienes no lo practican, La Patrona ofrece instalaciones como restaurante, galería de arte, sala de conciertos y organización de eventos privados y bodas. Y por si todo esto fuera poco, contempla las impresionantes casonas que se han construido en los cerros que custodian San Pancho, e imagina que esta podría ser la casa de tus sueños.
Enriquece culturalmente tu visita a la Riviera Nayarit con una parada en San Pancho, visita las hermosas playas de San Pancho, aprecia las maravillosas artesanías huicholas, las piezas de arte en las galerías, la exclusividad de su cancha de polo y la tranquilidad de un pueblo de pescadores que ha aprendido a evolucionar sin abandonar su espíritu de trabajo y comunidad.